CALENTAMIENTO GLOBAL

viernes, 8 de agosto de 2014

REVISTA DIGITAL

EL JUEGO COMO MÉTODO PEDAGÓGICO
Nos acordamos de cuando éramos pequeños o pequeñas. Tal vez ya entonces teníamos muchas responsabilidades, las responsabilidades propias de nuestra edad, de nuestro tamaño y de nuestras fuerzas?
Pero, ¿no es cierto que siempre encontrábamos tiempo para jugar?
Y que la pasábamos muy bien solos o acompañados de nuestros amigos. Seguramente  si en este tiempo nos preguntaran que nos gustaría más, responderíamos sin pensar por mucho tiempo que jugar , porque jugar era la felicidad.
Sobre el juego existen dos tendencias que nos pueden ayudar a comprender el juego.
1.    Tendencia segmentalista
En esta tendencia  se separa totalmente el tiempo de trabajo y el tiempo libre. Según las personas que creen en esta teoría, cada tiempo es independiente y se debe tratar por separado.
2.    Tendencia complementarista
Los que creen en esta tendencia piensan que es irreal hacer una separación entre tiempo libre y trabajo, ya que estos tiempos se complementan, y es el tiempo, en general, del hombre.
A este tiempo general se le llama tiempo SOCIAL.  Este tiempo está determinado por situaciones histórico-concretas  de cada modelo social.

Trabajo y tiempo libre se integran porque los dos son parte del tiempo productivo de una persona.





El juego ayuda a:
DINAMIZAR: el individuo se involucra en la actividad, participa, se pone en movimiento.
VIVENCIAR: esto significa que el individuo al participar experimenta actitudes, sentimientos, emociones e ideas que los ayuda a comprender mejor lo que hace en la vida diaria.
INTERACTUAR, COMUNICARASE: el individuo dialoga, habla, se mueve, se toca y estas son maneras de comunicarse  y de conocerse más a sí mismo y a otros.
REFLEXIONAR: existen muchos juegos que su único fin es experimentar la diversión y alegría del juego.
Otros permiten analizar conductas, actitudes o sentimientos, y ayudan a pensar y discutir.
“sólo juega el hombre cuando es hombre  en todo el sentido de la palabra y es plenamente hombre sólo cuando juega”.
Schiller.
El líder del juego
Para que el juego sea  una verdadera experiencia educativa es necesario que quien dirija los juegos tenga ciertas características:
1.    Actitud positiva.
Con esto nos referimos a varias cosas.
Entre las más importantes:
v  Realizar la actividad con amor y entusiasmo.
v  Ser respetuosos.
v  Evitar castigos y competitividad. Ayudar a que exista solidaridad y cooperación.
v  Seguridad: nos sentimos seguros si tenemos un conocimiento profundo de lo que transmitimos y convicción de vuestros valores. 
v  Aplomo: fuerza de presencia en nuestra actitud frente al grupo: firmeza en la posición del cuerpo; vigor en la mirada y en el gesto.
v  Confianza en sí mismo.

2.    La palabra:
Debe ser cálida, correcta, modulada “invitadora”. Es importante utilizar siempre la primera persona del plural (“nosotros”). Esto es importante porque las personas se sienten mejores y participan más si decimos “vamos a hacer” que “hagan”
3.    El gesto:
Debe ser siempre cordial, amable, esto incluye mantenernos sonrientes y el gesto de la cara debe ir acorde a esa sonrisa.
Recordemos que un gesto es más elocuente que las palabras; nuestra mirada debe dirigirse hacia todos y a cada persona alternativamente.
4.    El movimiento:  
Nuestro cuerpo, nuestros brazos y nuestras manos pueden acompañar a la actitud positiva con gestos seguros y firmes. 
Por ejemplo, la movilidad de las manos puede transmitir inseguridad.                      Otras posiciones de nuestro cuerpo como agacharnos junto a un grupo de niños, sentarnos sobre los escritorios del aula, etc. Puede ayudar a romper el hielo y hacer sentir más cómodo al grupo.  

Los tipos de juego
1.    Gimnástico y fisiológico.
Son juegos en los que se ponen en juego capacidades físicas y/o atléticas. 
2.    Juego de habilidad.
En este tipo de juego se ejercitan destrezas especiales que van desde manipulación hasta formas sencillas de puntería, construcciones.
3.    Juegos de ejercitación de la voluntad.
Estamos condicionados instintivamente para responder a ciertos estímulos. Por ejemplo, cuando olemos comida (estimulo) sentimos hambre (respuesta iniciativa).
Estos juegos se tratan de que la persona supere lo instintivo por medio de la voluntad. Por ejemplo, en la pronunciación de ciertas palabras habituales, en la risa, etc.
4.    Juegos de ejercitación sensorial.
Son juegos en los que se ejercitan los sentidos, o sea, el oído, el olfato, el gusto, el tacto, la vista, la memoria, la observación.
5.    Juegos cooperativos.
Son juegos en los que todos participan y se fomenta la solidaridad. Esto elimina la competencia y no hay ganadores o perdedores.
6.    Juegos de presentación o mímica. 
Ponen en juego la expresión por medio del cuerpo. Por ejemplo, se imitan acciones o gestos. 
7.    Juegos intelectuales de ingenio.
En estos se necesita tener ciertos conocimientos o ser creativos para solucionar  ciertos problemas.

8.    Juegos de chasco o humor.
Son juegos que provocan risa en los participantes. Sirve especialmente para relajar. 
9.    Juegos de reacción y atención. 
Ponen en práctica la velocidad para responder a ciertas situaciones y obligan a una constante atención para no cometer errores.
10. Juegos de iniciación expresiva artística.
Son juegos en los que se utiliza expresiones tales como dibujos, pinturas, cantos, modelando, etc., de manera colectiva. 
11. Juegos de azar.
Estos juegos pueden ayudar a practicar la expresividad o el toque emocional. Como su nombre indica, son juegos en que tiene que ver la suerte, son muy espontáneos. 







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